lunes, 26 de agosto de 2013

SOLANO RESPONDE



El mockumental 9.70 consiguió la atención y la indignación internetera del país. A raíz de su rápida viralización y acogida en redes, Victoria Solano tuvo la oportunidad de hablar acerca de su trabajo, así como el ICA ha tenido oportunidad de responder a las acusaciones hechas en el video. Hoy vamos a revisar varios puntos acerca del tema tomando como base la entrevista de Solano en Caracol radio, dos nuevos videos realizado por ella, un artículo de la revista Semana, y la respuesta del ICA ante las acusaciones.


La entrevista

El 22 de agosto se llevó a cabo una entrevista en el programa “hoy por hoy” de Caracol radio en la que se presentaba a Victoria Solano, realizadora de 9.70. Hacia el minuto 2:30 Victoria nos cuenta lo que la motivó a realizar este video: dice que las imágenes del arroz destruido en Campoalegre la impactaron y quería buscar respuestas para saber por qué estaba ocurriendo esto en Colombia. Sin embargo, más adelante nos damos cuenta que lo último que quería Victoria era encontrar respuestas (a partir del minuto 5 del audio):

Caracol: Usted también ha estado expuesta a comentarios de personas que dicen “no, hay muchas imprecisiones, no es así, lo que pasa es que tenían un material que podía tener un problema fitosanitario; las personas que se dedican a la siembra sí pueden conservar semillas si cumplen unos requisitos que la resolución 970 del ICA contempla”. ¿Qué le dice usted a las personas que le hacen ese tipo de críticas en términos muy concretos al documental?

Solano: Cuando se hacen estas críticas se hacen normalmente desde la resolución. Yo quiero decir que como lo acabo de decir yo soy realizadora audiovisual, no soy ni especializada en semillas ni en TLC, lo que he hecho es buscar la información a través de documentos y de fuentes eso sí. Entonces cuando se hace la defensa siempre se hace la defensa desde lo formal de la ley, desde el papel, y yo lo que encontré fue digamos la parte material; el hecho concreto a lo que puede llevar una resolución. En todas las actas de decomiso dice “debido a la resolución 970”, y tenemos incluso funcionarios del ICA que dicen que se recogió por la 970. Entonces yo lo que estoy mostrando en el documental es un hecho concreto de la destrucción de un arroz por un cumplimiento de una resolución. Habrá mucha gente que puede hablar muy bien de la resolución, repito: desde lo formal, pero son cosas que están en un papel y que se diferencian del hecho y de las historias que cuentan los campesinos, que es la intención del documental: mostrar la cara de los campesinos frente a estas normativas.

Caracol: Victoria, la otra cara, la cara de las autoridades, de los representantes del ICA, ¿Se la han dado, se la han mostrado?  ¿Incluye este documental, para las personas que no lo han visto, esa posición? Y en estos foros en los que usted está socializando su documental,  ¿Ha tenido algún tipo de respuesta de las autoridades?

Solano: Bueno, el ICA fue invitado a hacerle una entrevista cuando estaban rodando el documental. Conseguimos la entrevista con el director del ICA...Igual yo quiero dejar acá...hacer una claridad que me parece importante. El documental no es una investigación periodística, el documental es un gesto artístico; y la razón por la cual yo escogí hacer documental precisamente y no una investigación periodística que requiere 50% de las partes y 50% de las otras partes es porque yo sí quería pararme en una posición y contar la historia desde los campesinos. Yo considero que las otras fuentes siempre tienen abiertos los  micrófonos, siempre tienen los canales a toda su disposición; y yo quería contar esta vez la historia desde los campesinos. Como siempre lo digo, mostrar el TLC y mostrar la 970 no en las palabras, no en el papel, sino en la manera en la que lo viven sus protagonistas.
Podemos ver claramente la explícita contradicción entre el motivante de la realización del video y lo que realmente hizo Solano. Si lo que ella quería era informarse al respecto de por qué se destruyó el arroz en Campoalegre, y de paso informar a toda Colombia haciendo un video al respecto, lo mínimo que debía haber hecho era consultar adecuadamente todas las partes en juego, por pura y llana honestidad intelectual. Nosotros no podemos formar una opinión e informarnos acerca de un hecho tomando solo un pedazo del cuadro; vamos, es pensamiento crítico al nivel más básico:

Cuando nosotros estamos pensando críticamente, estamos usando nuestro conocimiento e inteligencia de manera efectiva para llegar a la más razonable y justificada posición posible. Cuando estamos pensando no críticamente –sin importar lo inteligentes o conocedores que seamos- estamos tomando decisiones irracionales y llegando a creencias irracionales o actuando injustificadamente, a menos que tengamos la suerte de terminar tomando la decisión correcta por las razones equivocadas (Carroll, 2)

El pensamiento crítico implica adquirir información y evaluarla para llegar a una conclusión bien justificada. Esto no significa recolectar información hasta el cansancio. Recolectar información puede ser costoso y consumir mucho tiempo. Alguna información puede no estar disponible, por ejemplo por la protección de datos, o porque es retenida por un competidor. Necesitamos la habilidad para decidir cuándo hemos obtenido información suficiente, y cuándo obtener más información es imposible o innecesario. (Making Sense of Data, 1)
Claramente, la información obtenida por Solano no es completa y no aborda los distintos matices que se involucran en este problema particular y que pueden arrojar luz sobre la interpretación del mismo. Y nuestras creencias y prejuicios con respecto a la información no justifican una omisión de la misma. Que el ICA y el gobierno tienen más voz que los campesinos, que el gobierno y las instituciones mienten sistemáticamente, que el débil no puede competirle al fuerte, etc. Todas esas concepciones acerca de la información que podemos recolectar deben hacerse a un lado si lo que se quiere es empaparse del tema. Del mismo modo, partir de la base de que la fuente que sí queremos consultar es noble, honesta y desinteresada tampoco es correcto. Lo que queremos es recolectar información y contrastarla, en lugar de tomar partido de entrada y acomodar la información a nuestro gusto y conveniencia.

Además de lo anterior, Solano no nos ofrece una respuesta satisfactoria a las críticas que se le hacen. Ella sostiene que la crítica se apega al papel y no a los hechos concretos, y eso de nuevo son verdades a medias. Al menos en las críticas que he realizado aquí no he dicho que los decomisos y la destrucción del arroz no se hicieron a causa de la 970. Lo que he mostrado es que los motivos que se muestran en el video no están presentes en la resolución, y que Solano miente al respecto y no explica las razones para haber hecho esa destrucción.

Los motivos que sí aparecen en la resolución, y por los cuales el ICA explica la destrucción de dicho arroz, son las violaciones al correcto almacenaje y empaque de la semilla, además de la ilegalidad de la misma. Solano extrapola de esto que al campesino se le prohíbe guardar semilla de su propia cosecha para volver a sembrar, y que el motivo de la destrucción de esa semilla es única y exclusivamente la prohibición de la práctica ancestral de reservar cosecha; lo que a todas luces es falso. Así pues, no es cuestión de defender la resolución 970 a capa y espada, sino que se trata de hablar con la verdad y con la información más completa posible. ¿Será que es necesario tergiversar las cosas para “defender” al campesino? ¿No basta con los problemas reales que los aquejan como para estar inventando otros que desvíen el debate?

La video-respuesta

Hace poco Victoria Solano sacó dos videos en los que acusa al ICA de mentir. Luego de una serie de cuestionamientos hacia el video 9.70 (del que ya hemos visto ampliamente que está sesgado, e incluso la misma realizadora confesó ese hecho), estas son las respuestas que ofrecen:



Lo primero que hay que comentar de este video es que la única mentirosa del cuento eres tú Victoria, que acomodas la información a tu gusto. Lo que narran los campesinos puede ser la puritita verdad, pero lo que se critica es el mal uso que tú haces de dicha información al presentarla de la manera en la que la presentas.
Victoria se hace la sorprendida cuando la funcionaria del ICA aclara que no es ilegal reservar parte de la cosecha, aun cuando en la resolución 970 se especifica en todo un artículo las condiciones para hacer dicha reserva.  Luego tiene el descaro de preguntarse por qué le quitaron esa semilla a los campesinos de Campoalegre. Bueno Victoria, si hubieras hecho bien la tarea en lugar de pararte en una posición desde el principio, antes de contrastar la información, lo sabrías.

Más adelante Solano pasa a hacer unas asociaciones que resultan bastante curiosas. A la hora de distinguir entre grandes y pequeños productores parece que para Solano no se trata de una distinción de carácter técnico sino de riquezas. Pero no contenta con eso, no sé qué lío le ve a que un campesino con más de 5 hectáreas pase a ser denominado gran productor. Parece que quiere aplicar una falacia de "ningún escocés verdadero" para sostener que para ser un “verdadero campesino” hay que trabajar una pequeña porción de tierra y con métodos rudimentarios (ancestrales que llaman ellos). ¿Ayudar al campesino es mantenerlo en esa imagen bucólica en la que el personaje se rompe el lomo de sol a sol para estar condenado no a vivir sino a sobrevivir? Valiente ayuda.

La siguiente afirmación ya raya en el absurdo. Dice Solano que los campesinos con menos de 5 hectáreas pueden reservar parte de su cosecha pero no pueden comercializarla ni intercambiarla; y pasa a mostrar el artículo 15 de la resolución. De eso deduce que el campesino “tendrá que comer arroz de su producción 24 horas, 365 días del año”. De verdad me sorprende la capacidad sistemática de esta niña para mentir. En el mismo pantallazo que ella pone en su video se ve claramente: “El agricultor interesado en reservar producto de su propia cosecha PARA USARLA COMO SEMILLA PARA SEMBRARLA EN SU MISMA EXPLOTACIÓN O CULTIVO (…)”. Es decir, que si la reserva para siembra (que es de lo que habla el artículo 15, de reservarla para siembra, no para venta, no para consumo…para siembra), NO PUEDE VENDERLA NI INTERCAMBIARLA COMO SEMILLA PARA SIEMBRA; lo que de ninguna manera conduce a la exagerada y dramática conclusión de Solano de obligar al campesino a comer única y exclusivamente lo que produce.



En este segundo video, Solano arremete contra las explicaciones de la funcionaria del ICA con respecto a la destrucción de arroz de Campoalegre. En esta explicación y réplica brillan por su ausencia las evidencias de lado y lado. La funcionaria del ICA se limita a dar la explicación que se encuentra en su portal de noticias, y Solano se limita a decir que la destrucción se propició a raíz de un concepto técnico del INVIMA que no es más que un “podría”, una suposición. Sin embargo, ¿Dónde está el informe realizado por el ICA para proceder a realizar dicha destrucción? ¿Dónde está el concepto técnico para ver si efectivamente se limitaron a decir que el arroz podría ser tóxico debido al empaque y que no se tomaron muestras ni se hizo la debida evaluación?

¿Cómo explica Solano que los sacos no están contaminados? Recurriendo al concepto dado por los campesinos. No quiero que me salga algún llorón a decirme que estoy sustentando que los campesinos son mentirosos y malvados porque no es lo que quiero dar a entender. Lo que sí quiero dejar claro es que la palabra de un campesino no es un estudio fitosanitario, ni una certificación de sanidad, ni nada por el estilo. Entendamos de una buena vez: Aquí se necesita información, de preferencia contrastable y verificable. ¿Cómo confirmo que lo que dice la mujer campesina en el video acerca de los sacos se cumple? ¿Cómo confirmo que un saco lavado queda limpio y no existe posibilidad de que contamine la semilla que se va a guardar ahí? La única confirmación que veo del video es “así se ha hecho y así se hace”. Bueno, en la antigüedad se creía que ponerle sanguijuelas a un enfermo era un método infalible de curación porque así se hacía; y hoy en día sabemos que dicha práctica resultaba altamente peligrosa. Lo que necesitamos en este caso es una comprobación de dichas afirmaciones, pero ni Solano nos ofrece algo sólido, ni el ICA nos ofrece en sus explicaciones las evidencias de sus acusaciones. Le faltan piezas al rompecabezas por lado y lado, pero para Solano eso no es problema y se pasa por la galleta el asunto para sustentar sus conclusiones.

No obstante, Solano nos presenta la prueba reina: un análisis realizado a muestras aleatorias del arroz hecho por el laboratorio de análisis de residuos de plaguicidas (LARP) de la Universidad Nacional. En el pantallazo que nos presenta vemos que solo es el análisis de una muestra, y que dicho análisis concluye que “en las muestras m0860 se hallaron señales superiores a la cantidad mínima detectable para los siguientes compuestos (…) (los compuestos no los alcanzó a distinguir bien del pantallazo)”. Luego de presentar esto nos dice que la conclusión del estudio es que el arroz era apto para consumo humano. ¿Por qué no se muestra el pantallazo en el que se lea dicha conclusión? Traté de ver el análisis en línea pero no lo encontré, así que me comunicaré con el LARP para saber en dónde puedo consultar dicho análisis para ver si lo dicho por Solano es verdad o de nuevo nos está dando medias verdades.

El artículo de Semana

Muchos medios se han hecho eco del boom que generó este mockumental, en especial dadas las circunstancias en las que está envuelto el país en estos momentos. Uno de esos medios fue la revista Semana. Aunque con algo más de objetividad, este artículo cae en unas cuantas trampas generadas por el video 9.70

Que una autoridad bote toneladas de comida argumentando que no es apta para el consumo humano es doloroso, pero comprensible. Pero que esa misma autoridad les prohíba a los pequeños campesinos almacenar semillas de sus cosechas para sembrarlas y que los penalice por ello es un absurdo que pocos entienden.
De acuerdo, y de hecho las explicaciones que se han dado apuntan al primer caso y no al segundo, que es lo que nos quiere meter el video 9.70. Ya hemos visto una y mil veces que tal prohibición no es como la pinta el mockumental.

Pero el problema es más de fondo y pone en evidencia una guerra que vienen librando en los últimos dos años campesinos y multinacionales por la propiedad intelectual de las semillas certificadas. Es una batalla entre David y Goliat.  En el mundo agrícola existen dos clases de semillas: las criollas o nativas que usan ancestralmente los pueblos, y las certificadas, que son mejoradas genéticamente por multinacionales como Monsanto, Dupont y Syngenta.
Caemos de nuevo en la famosa falacia de “lo ancestral”. Además de eso, caemos también en la falacia Ad Monsanto que sostiene que todas las semillas modificadas provienen de monstruosas multinacionales, en especial de Monsanto. Pero si vemos la realidad de nuevo no es tan así. En la página de Acosemillas (que agrupa el gremio nacional de semillas desde hace 40 años) podemos encontrar varias empresas que están asociadas allí. Por supuesto que encontramos al “eje del mal” agrícola (Monsanto, DuPont, Syngenta); pero también encontramos multitud de empresas nacionales: Semillas del Huila, Semillas del Valle, Aceituno, Semillano. ¿Estas también son monstruos aterradores o son buenas buenitas porque son colombianas? ¿Las empresas nacionales también están obligadas a regalar el fruto de sus investigaciones, o ellas sí tienen derecho a cobrar derechos de obtentor por ser producto nacional? Con estas y otras preguntas podemos empezar a separar los problemas y entender si aquí la pelea en realidad es por derechos de obtentor, o por el manejo de semillas certificadas por parte de empresas, o simplemente porque odiar a las multinacionales es muy cool.

Pero además de lo anterior, las semillas usadas en Colombia no provienen en su mayoría del extranjero (como señala la misma Semana y el ICA):

En Colombia, del total de semillas que se comercializan el 15 por ciento es de multinacionales. Las criollas tenían su espacio y no habían sido perseguidas. Pero desde 2010, cuando se promulgó la Resolución 970, empezó una cacería a la piratería de semillas.  (Tomado de Semana)
De acuerdo con los datos del ICA el 85% de las semillas certificadas en Colombia son  producidas  por  empresas  e instituciones  de  origen nacional,  que  realizan  investigación y  desarrollo para ofrecer  mejores semillas  que  le permiten  al  agricultor  ser  más  competitivo  en  el ámbito nacional e internacional. “Entidades como Corpoica, Fedearroz, Fenalce y  Fedepalma  entre  otros,  cumpliendo  la  norma  970,  le  apuestan  al crecimiento  del  país produciendo  semillas de  calidad avaladas  por  la autoridad” afirma Juan Manuel Monroy. Tan sólo el 15% restante son de origen foráneo. (Tomado del portal informativo del ICA)
Me encantaría revisar esos datos, así como me encantaría que los personajes que aseguran que Monsanto nos está invadiendo con su maléfico plan de dominar el mundo me presentaran los datos que avalan sus afirmaciones.

Otra cosa que me resulta curiosa es que se asegura que la pelea empezó hace 2 años, pero el cuento de las semillas certificadas es de vieja data, más exactamente de los 70’s e incluso un poco antes. ¿Por qué lo digo? Bueno, basta revisar la historia de las empresas nacionales que reseñé más arriba para ver que se constituyeron en esas fechas, y desde entonces se hablaba de producir semilla certificada y de mejor calidad:

Semillas del Huila S.A. ubicada en la Carrera 7 N°80-90 en la ciudad de Neiva, surge como empresa en el año 1977 por el interés de 11 socios fundadores, todos ingenieros Agrónomos, de poner al servicio de los agricultores de nuestro departamento su aporte económico, académico y técnico a través de semillas certificadas de arroz, como base primordial para el desarrollo de este cultivo, acorde con la demanda de conocimiento profesionales para desarrollarlos técnicamente.

La industria de semillas certificadas en Colombia, se inició en 1953 por la Caja Agraria empresa estatal; la participación de las empresas privadas se inició en 1961. Para 1970, la oferta de semilla de óptima calidad era muy reducida, en consecuencia algunos agricultores del Valle del Cauca, decidieron crear una empresa que las produjera y con ello contribuir al desarrollo agrícola del País, de esta manera nació en Agosto de 1.971 la  que es hoy Semillas Valle S. A.
Luego Semana cae en otro error:

En esta persecución cayeron las de tipo criollo porque la Resolución 970 tiene zonas grises y cataloga de ilegales todas las que no sean certificadas, obliga a los agricultores a “usar solo semilla legal” y prohíbe “tener a cualquier título semilla que no cumpla con los establecido en la Resolución”.  El ICA en un comunicado precisó: “La normatividad busca ponerle tatequieto a la llamada semilla de costal y a las de contrabando”.
Toda semilla certificada es legal, pero no toda semilla legal es certificada; esta es una sutil pero importante diferencia en la que no caen en cuenta ni Semana ni los de 9.70. De nuevo, al campesino no se le obliga a sembrar única y exclusivamente semilla certificada, se le obliga a usar semilla legal, y entre las categorías de semillas legales también existe la semilla seleccionada (que no es lo mismo que certificada. Ver el primer artículo que escribí).

Más adelante mencionan el caso de los algodoneros en Córdoba. Dado que este tema no compete al grueso del tema no me extenderé en el mismo, y solo presentaré la información que encontré al respecto por parte del ICA (y no, no pretendo defenderlos con esto, solo ampliar lo mencionado por Semana).

El cierre del artículo es bastante interesante y merecería más atención por parte de todos nosotros. Si la norma es susceptible de cambiarse a beneficio de los campesinos (sin incurrir en un perjuicio para la calidad de las siembras y del producto) se debe presionar y vigilar dicha posibilidad, y debemos estar atentos para que eso no quede solo en promesas sino que de verdad se estudie la situación y se llegue a un acuerdo beneficioso.

La respuesta del ICA

Para cerrar este análisis debo referirme al pronunciamiento del ICA con respecto al video de Solano. En este, Teresita Beltrán (la misma a la que cuestiona Solano en sus video-respuestas) nos dice:

“Ese documental contiene afirmaciones sin ningún fundamento que desinforman, confunden y afectan de manera grave el ámbito de trabajo de una entidad que como el ICA, desarrolla una tarea técnica en procura de la sanidad en la producción primaria del país”, dijo.
La verdad yo esperaría una comunicación mucho más sustentada al respecto por parte del ICA, y no solo decir que el mockumental desinforma y confunde. ¿Cuáles son los aspectos en los que desinforma? Aquí ya hemos visto que el video falla estrepitosamente y en efecto desinforma, pero dado que es al ICA al que le están embarrando la cara se esperaría que su respuesta fuera algo más consistente y no solo un comunicado escueto.

Lo siguiente es más o menos lo mismo que vimos que responde Teresita en la entrevista de la W que “analiza” Solano en sus videos. La explicación del cuento de reservar semilla, la explicación de la destrucción de la semilla en Campoalegre, la explicación de las medidas fitosanitarias, y una decisión con respecto a una tutela que se falló a favor del ICA.

Como vemos, el asunto ha estado girando en torno a lo mismo que analizamos en las anteriores ocasiones: semilla certificada vs. Nativa, el asunto de la reserva de la cosecha, el asunto de la destrucción de la semilla de Campoalegre. A raíz de eso me parece importante reseñar que el único problema de peso que encontró Solano en el asunto no ha sonado ni tronado ni por los lados de ella ni por los lados del ICA: ¿Qué pasó con la socialización de la norma?

Habiendo tenido el papayazo de caerle con toda al ICA en este asunto por medios radiales no lo hizo, y el ICA ni corto ni perezoso tampoco ha dicho nada más sobre el tema. ¿Qué pasó con las supuestas reuniones en las que se habló de la resolución pero de las que no aparecieron las actas ni las listas de asistentes?  ¿Al fin se dio o no se dio a conocer apropiadamente la norma? Nadie dice nada al respecto…

Conclusiones

Mucho se puede extraer y aprender de este boom generado por el mockumental 9.70; pero lastimosamente vemos que estos videos pululan por la red sin aprender absolutamente nada de sus antecesores. La honestidad intelectual brilla por su ausencia en este tipo de videos, y claramente lo último que podemos esperar de ellos es informarnos adecuadamente.

¿La mentira y la desinformación valen siempre y cuando la lucha sea “justa”? Eso es lo que parecen dar a entender realizadores y defensores del video. A muchos nos molesta que los medios tradicionales mientan y sesguen información para sus propios intereses, pero cuando el sesgo es hacia cosas que “nos tocan” y nos parecen válidas, parece que no hay mucho problema y se puede pasar de agache. No sé ustedes, pero a mí me molesta que me mientan tanto de un lado como del otro, y los sesgos no son válidos solo cuando me convienen; eso se llama hipocresía y deshonestidad.

El problema del agro colombiano es una dura realidad, y una que necesita cambios profundos y a corto plazo. Pero contaminar dicha problemática con medias verdades no solo no ayuda con la causa sino que le pone trabas y monta distracciones que en nada favorecen a los campesinos. En vez de estar reevaluando la competitividad del país y la conveniencia o inconveniencia de meternos a un TLC sin herramientas para competir, estamos divagando con respecto a un video y pidiendo la salida de Monsanto del país y la permanencia de los métodos “ancestrales” de agricultura para nuestros campesinos. ¿Es más beneficioso mantener al campesino en su ranchito de madera, con su arado tirado por un buey y sumido en la pobreza tecnológica, o es más beneficioso presionar por la capacitación y el incremento de la competitividad de nuestro campo? ¿Es más beneficioso condenar el desarrollo para mantener las tradiciones? ¿Cómo vamos a ayudar al campesino?

Ahora habrá que esperar al anunciado alargue de 9.70, con más información y más pruebas según Solano. Pero visto lo visto no espero que la cosa cambie mucho. La realidad es que estamos acostumbrados a que nos saquen lágrimas y no a que nos informen, y cuando alguien se percata de ello entonces es un desalmado insensible y vendepatria. Y lo peor de todo es que al discurso lacrimógeno y sentimental lo llamamos periodismo crítico…así estamos.

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ACTUALIZACIÓN

Daniel Andrade (¡Gracias Daniel!) se tomó el trabajo de contactar con el ICA y hacerle algunas preguntas. Aquí está lo que le respondieron. Que diferencia entre esta respuesta y la de Clementina

Buenas noches. Me llamo Daniel Andrade y tengo unas dudas que he visto en un documental y quiero corroborar si lo que se dice es cierto.   La afirmación que quiero corroborar es una que asegura que la mayoría de semillas certificadas son semillas que venden empresas extranjeras. Entonces quería saber si esto es cierto y si me podrías enlazar a una fuente del ICA con datos de que porcentaje de semillas certificadas son vendidas por empresas extranjeras y que porcentaje por empresas nacionales. La segunda cosa que quiero pedirte es los mismos porcentajes pero con semillas seleccionadas, es decir cuantas son vendidas por empresas extranjeras y cuantas por nacionales. Y lo último es que porcentaje del mercado compra semillas certificada, vengan de donde vengan y que porcentaje semilla seleccionada. Creo que no sobra decir que si dedicas un tiempo a este pedido (me interesa muchísimo el tema) te lo agradecería demasiado. Muchas gracias. 

Estimado Daniel en respuesta a  su solicitud referente al video  denominado 9.70 que está circulando le informo que este presenta mucha información errada trayendo desinformación a los que lo escuchan, al respecto le aclaro lo siguiente en el mismo orden de su consulta: ·         De las 66.000 toneladas de semilla certificada que se comercializan en el país en la actualidad el 85% de esas semillas son producidas por empresas nacionales y el 15% restante son importadas por multinacionales. El 100% de la producción de semillas certificadas de arroz es de empresas nacionales, siendo el 50% producidas por la Federación Nacional de Arroceros. De igual manera son 100% colombianas las semillas de papa, frijol, soya, cebada, avena, trigo, yuca, sorgo, entre otros cultivos. Un caso excepcional, se presenta en la semilla del algodón, pues el 90% es semilla importada por las multinacionales y el 10% restante es producción nacional. De igual manera en el caso de la semilla de maíz tecnificado, la producción e importación de híbrido es 70% de las multinacionales y el 30% nacional.·         En cuanto a las seleccionadas se importan semillas de hortalizas, siendo la mayoría importada por empresas  nacionales. ·         En cuanto al  porcentaje del mercado que compra semillas certificada, vengan de donde vengan y que porcentaje semilla seleccionada le informo que depende de la especie. Finalmente respecto a la afirmación que también hacen el  video con respecto a que la 970 es el resultado de las exigencias del TLC, le aclaro que  las siguientes resoluciones han establecido el control técnico de semillas en el país durante los últimos 37 años de cultivares producto de la investigación científica en mejoramiento genético.Resolución 1226 del 8 de agosto de 1976Resolución 1880 del 10 de julio de 1992Resolución 3034 del 22 de diciembre de 1999Resolución 2046 del 30 de julio de 2003Resolución 148 del 18 de enero de 2005 Resolución 970 del 10 de marzo de 2010 Como podrá observar la Resolución ICA 970 de 2010 que deroga la resolución 148 de 2005, esta a su vez la 2046 de 2003, está la 3034 de 1999, que sucedió a las 1880 y 1226, son una evidencia documental que demuestra que la Resolución 970, NO es producto de ningún TLC como tendenciosamente se ha querido argumentar en la actualidad, o al favorecimiento de intereses particulares, al contrario el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA ha venido cumpliendo sus atribuciones bajo las reglamentaciones establecidas en las Resoluciones emanadas para tal fin desde hace más de tres décadas, estas han sido fundamentada en razones de tipo técnico y científico para el control de enfermedades transmisibles por semilla, así como su calidad genética, fisiológica y física. Quedo atenta a cualquier inquietud adicional que tenga. Cordialmente, ANA LUISA DÍAZ JIMÉNEZ I.A. Ph.D.Directora Técnica de SemillasInstituto Colombiano Agropecuario - ICACarrera 41 No. 17-81 Zona industrial Bogotá D.C.Teléfono: 57 1 3323700 extensión 1360


Bibliografía con respecto al pensamiento crítico:

  •  Carroll, Robert. Becoming a Critical Thinker: A Guide for the New Millennium. Pearson. 2004. Impreso.
  • Making Sense of Data and Information. Oxford: Elsevier. 2007. Impreso.