...un país en el que en alguna fecha especial (de esas que celebran los países orgullosos y sus habitantes arrogantes) se hacían desfiles militares (ahora conciertos...un agradable añadido) para mostrar la alegría que le producía a las personas el tener algo que creen que nadie les va a arrebatar.
Y somos tan arrogantes y orgullosos que nos sentimos extasiados cada vez que vemos esa banderita ondear en cada casa de ese país. Es esa misma arrogancia y orgullo la que nos impide irnos a otros países mas humildes (esos que llevan libertad donde hay opresión, instauran democracias donde había tiranías y desmantelan misiles tan sofisticados que hasta son invisibles) y nos insta a quedarnos aquí para hacer algo que haga sentir aun más orgulloso al país y a nosotros mismos. Es ese mismo orgullo el que nos hace palpitar cada vez que hablan (bien) de este país y de sus ciudadanos, el que nos hace celebrarle goles a la selección así este eliminada, el que nos hace vivir de un solo nobel.
Tal vez es por ese orgullo tan desmedido que necesitamos presencias mas humildes en este casi extinto país. Necesitamos aprender a ser más humildes, más sumisos; porque corremos el riesgo de creernos esa patraña de ser libres e independientes, de ser un pueblo digno y orgulloso de ser lo que es, de ser latinoamericanos, de ser del barrio del sur. Y es que si nos creemos todas esas cosas ponemos en peligro nuestra amada democracia y necesitaríamos un reajuste; empezaríamos a ser una amenaza para el mundo, y más aun, para nosotros mismos, porque creanme, no es necesario ser amigo de los tropeleros del barrio para que nos tilden de amenaza.
Por eso este 20 de Julio voy a celebrar porque vamos a ser un poquito mas humildes. Y no voy a celebrar junto a un lancero morocho venido del Chocó, de esos que se pintan la cara como si fueran para carnaval y se echan boas al hombro cual tarzán; voy a celebrar al lado de un marine mono y ojiazul, de esos que en vez de pintarse se ponen gafas ray-ban y parecen terminators y no andan con serpientes sino con rifles de asalto ultimo modelo. Tal vez así se nos baja un poco tanto orgullo por esta tierra y empezamos a ser más sumisos.
Aunque también es un alivio para nuestra economía la presencia de estos soldados. Con un nuevo impuesto de guerra y un poco de puntos de PIB destinados a soldados que cazan hipopótamos o se pudren en la selva sin hacer nada por su país no se puede dejar perder toda esa platica, habrá que dársela a alguien que si se la gane sudandola por trabajar y no por estar muriéndose de fiebre amarilla o de leishmaniasis.
Así pues, salgamos a celebrar, ya que tal vez esta sea la última vez que lo hagamos a finales de Julio, antes que empecemos a celebrar las primera semana del mismo mes.
Erase una vez un país que era país.
Y somos tan arrogantes y orgullosos que nos sentimos extasiados cada vez que vemos esa banderita ondear en cada casa de ese país. Es esa misma arrogancia y orgullo la que nos impide irnos a otros países mas humildes (esos que llevan libertad donde hay opresión, instauran democracias donde había tiranías y desmantelan misiles tan sofisticados que hasta son invisibles) y nos insta a quedarnos aquí para hacer algo que haga sentir aun más orgulloso al país y a nosotros mismos. Es ese mismo orgullo el que nos hace palpitar cada vez que hablan (bien) de este país y de sus ciudadanos, el que nos hace celebrarle goles a la selección así este eliminada, el que nos hace vivir de un solo nobel.
Tal vez es por ese orgullo tan desmedido que necesitamos presencias mas humildes en este casi extinto país. Necesitamos aprender a ser más humildes, más sumisos; porque corremos el riesgo de creernos esa patraña de ser libres e independientes, de ser un pueblo digno y orgulloso de ser lo que es, de ser latinoamericanos, de ser del barrio del sur. Y es que si nos creemos todas esas cosas ponemos en peligro nuestra amada democracia y necesitaríamos un reajuste; empezaríamos a ser una amenaza para el mundo, y más aun, para nosotros mismos, porque creanme, no es necesario ser amigo de los tropeleros del barrio para que nos tilden de amenaza.
Por eso este 20 de Julio voy a celebrar porque vamos a ser un poquito mas humildes. Y no voy a celebrar junto a un lancero morocho venido del Chocó, de esos que se pintan la cara como si fueran para carnaval y se echan boas al hombro cual tarzán; voy a celebrar al lado de un marine mono y ojiazul, de esos que en vez de pintarse se ponen gafas ray-ban y parecen terminators y no andan con serpientes sino con rifles de asalto ultimo modelo. Tal vez así se nos baja un poco tanto orgullo por esta tierra y empezamos a ser más sumisos.
Aunque también es un alivio para nuestra economía la presencia de estos soldados. Con un nuevo impuesto de guerra y un poco de puntos de PIB destinados a soldados que cazan hipopótamos o se pudren en la selva sin hacer nada por su país no se puede dejar perder toda esa platica, habrá que dársela a alguien que si se la gane sudandola por trabajar y no por estar muriéndose de fiebre amarilla o de leishmaniasis.
Así pues, salgamos a celebrar, ya que tal vez esta sea la última vez que lo hagamos a finales de Julio, antes que empecemos a celebrar las primera semana del mismo mes.
Erase una vez un país que era país.
No lo pudo haber dicho mejor , Vlad. Y eso sin olvidar que "Colombia es pasión", y que realmente el 20 de julio no pasó nada, sólo una excusa más para no hacer nada y poner un festivo.
ResponderEliminarMenos mal aqui no hacen falta excusas para parrandear. Aunque cuando era niño me encantaba salir a ver los desfiles; toda esa alegría que se sentia en la calle lo hacia sentir a uno realmente feliz. Con el paso del tiempo se va perdiendo la inocencia y uno se va dando cuenta que las cosas no son tan buenas como parecen.
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