Así es. Lo he descubierto, y ninguno de ustedes, maléficos engendros de mi imaginación, será capaz de convencerme de lo contrario. Podrán decirme que son mis amigos, mis padres, mi hermano, mi familia entera. No les voy a creer.
Hoy me he dado cuenta de lo que pasa. Ustedes no existen así como yo tampoco existo en realidad. Todos y cada uno de ustedes no son más que proyecciones de mis rezagos mentales. Son todo lo que deseo pero que ya no tengo. Son todo lo que deje y que ya no recuperare.
¿Cómo me di cuenta? Fue difícil. No es como un sueño normal en los que puedes volar, aparecer en un sitio de un momento a otro, ser alguien y después otro. Por algún extraño motivo seguí como si nada hubiera pasado. Las leyes de la física siguen rigiéndome. Sigo envejeciendo, o eso creo. En realidad no estoy seguro de cuantos años tengo en realidad. Tendría unos 21 pero no sé si el tiempo se comporte igual. Llevo una vida normal. No sé en qué momento llegue aquí, así que no se cuanto tiempo llevan engañándome.
Me di cuenta porque no hay otra razón para sentir lo que estoy sintiendo. Hay algo que no encaja, un vacio, un porqué sin respuesta, un sinsentido que no alcanzaba a comprender. Sin embargo, y en parte gracias a ustedes, me negaba a rendirme. En algún momento todo volvería a estar en su lugar y el vacio desaparecería. Hablaba con ustedes sin saber que lo hacía conmigo mismo. Los veía y seguían siendo los mismos, llevando una vida normal. Pasaba horas y horas jugando, hablando, esperando la última clase del día para poder estar con ustedes. Luego, al llegar a casa, ahí estaba mi mamá como todos los días, me daba de comer mientras veía sus novelas; mientras tanto, mi hermano tocaba su guitarra en su habitación y mi papá leía una revista en su cama. Como les decía, todo transcurría normalmente. Sin embargo, esa normalidad no es más que una rutina acomodada por una u otra alteración de mis recuerdos, la cual modificaba cada día como si fuera uno nuevo, cuando en realidad era el mismo pero fabricado de distinta manera. El día en el que uno de ustedes no aparecía era porque no lo recordaba. Así ha estado jugando mi cerebro conmigo.
Dirán que he perdido la razón. Claro, debo convencerme a mí mismo de que lo que está mal son mis actuales pensamientos y no la realidad ficticia que ha creado mi cerebro. Trataran de convencerme como parte de mis pensamientos que son, pero no seguiré cayendo en sus engaños. No más. Ha llegado el momento de salir de aquí.
Sé que no estoy vivo, al menos en la manera tradicional. Pero tampoco estoy muerto. Y no estoy muerto porque de ser así no estaría “viviendo” lo que ahora estoy viviendo, a menos que haya reencarnado pero como mantengo una vida continua y no he cambiado de ser, la reencarnación no es una opción muy plausible. Por tanto, la única opción es que estoy en un coma, natural o inducido, en el cual estoy experimentando una continuación de mi vida sin estarla viviendo en realidad. Esta idea esta reforzada en que la fantasía que mantiene a mi cerebro en marcha, aunque las maquinas indiquen lo contrario, puede estar enriquecida por diversos medicamentos que estimulan mi imaginación y hacen más vívidos mis recuerdos.
Así es. Ya lo sé. Ya sé que nada de esto es real. Ya sé que es posible que este postrado en una cama, viviendo gracias a un montón de maquinas, si es que a eso se le llama vivir. Sin embargo, el sólo hecho de saberlo no me ha ayudado a despertar. Me llevo mucho convencerme de que esto no es real, y aun cuando lo logré no pude despertar. Así pues, si después de darme cuenta de la verdad no logre volver, es obvio que no lo lograré jamás. Pero tampoco hay manera de que ustedes sepan allá afuera que es lo que pasa en mi cabeza. No puedo convencerlos de dejarme ir de una vez por todas, y no los culpo por eso.
A ustedes les puede parecer terrible el hecho de no saber qué hacer conmigo, y prefieren mantener sus esperanzas a aceptar que la vida que ahora poseo no es tal cosa. A mí, hasta hace poco no me habría interesado mucho. Creí seguir viviendo y todo estaba bien. Pero ahora que conozco la verdad, ¿No creen que es peor estar atrapado en un sueño sin retorno?
La verdad no me agrada mucho eso de aparentar una vida normal cuando todo lo que tengo es una fantasía ideada por mí mismo. Aunque tengo sus representaciones en mi mente, en el fondo sabré que no estoy hablando con mis amigos o mi familia, sino conmigo mismo en otra envoltura. Estoy solo, atrapado en un laberinto sin salida. Mi cabeza es mi Creta, y está en mis manos ser el minotauro o ser Teseo. Creo que ya habrán adivinado cual es mi decisión.
No estoy dispuesto a vivir una mentira. Y ya que ustedes no pueden ayudarme a salir de ahí, será mi propia mano la que me dé la libertad. Nunca probé antes a morir en un sueño así que no se qué pasará. Es probable que despierte olvidándolo todo y vuelva a convivir con mis demonios y mis fantasías. Es posible que abandone mi existencia tanto aquí como allá con ustedes. No lo sé, pero prefiero esas opciones a engañarme a mí mismo.
Si sé que ustedes no son reales y que en realidad me estoy escribiendo esta carta a mí mismo, se preguntaran el por qué la hago. Digamos que ya que no pude despedirme de ustedes en la realidad, me sentiría mejor conmigo mismo haciéndolo al menos en mi fantasía. Espero que me perdonen por no hacerlo personalmente, pero también espero que, así como sus recuerdos me permiten despedirme, mi recuerdo pueda estar en sus memorias para que ustedes hagan lo mismo.
No siendo más. Au revoir.
Hoy me he dado cuenta de lo que pasa. Ustedes no existen así como yo tampoco existo en realidad. Todos y cada uno de ustedes no son más que proyecciones de mis rezagos mentales. Son todo lo que deseo pero que ya no tengo. Son todo lo que deje y que ya no recuperare.
¿Cómo me di cuenta? Fue difícil. No es como un sueño normal en los que puedes volar, aparecer en un sitio de un momento a otro, ser alguien y después otro. Por algún extraño motivo seguí como si nada hubiera pasado. Las leyes de la física siguen rigiéndome. Sigo envejeciendo, o eso creo. En realidad no estoy seguro de cuantos años tengo en realidad. Tendría unos 21 pero no sé si el tiempo se comporte igual. Llevo una vida normal. No sé en qué momento llegue aquí, así que no se cuanto tiempo llevan engañándome.
Me di cuenta porque no hay otra razón para sentir lo que estoy sintiendo. Hay algo que no encaja, un vacio, un porqué sin respuesta, un sinsentido que no alcanzaba a comprender. Sin embargo, y en parte gracias a ustedes, me negaba a rendirme. En algún momento todo volvería a estar en su lugar y el vacio desaparecería. Hablaba con ustedes sin saber que lo hacía conmigo mismo. Los veía y seguían siendo los mismos, llevando una vida normal. Pasaba horas y horas jugando, hablando, esperando la última clase del día para poder estar con ustedes. Luego, al llegar a casa, ahí estaba mi mamá como todos los días, me daba de comer mientras veía sus novelas; mientras tanto, mi hermano tocaba su guitarra en su habitación y mi papá leía una revista en su cama. Como les decía, todo transcurría normalmente. Sin embargo, esa normalidad no es más que una rutina acomodada por una u otra alteración de mis recuerdos, la cual modificaba cada día como si fuera uno nuevo, cuando en realidad era el mismo pero fabricado de distinta manera. El día en el que uno de ustedes no aparecía era porque no lo recordaba. Así ha estado jugando mi cerebro conmigo.
Dirán que he perdido la razón. Claro, debo convencerme a mí mismo de que lo que está mal son mis actuales pensamientos y no la realidad ficticia que ha creado mi cerebro. Trataran de convencerme como parte de mis pensamientos que son, pero no seguiré cayendo en sus engaños. No más. Ha llegado el momento de salir de aquí.
Sé que no estoy vivo, al menos en la manera tradicional. Pero tampoco estoy muerto. Y no estoy muerto porque de ser así no estaría “viviendo” lo que ahora estoy viviendo, a menos que haya reencarnado pero como mantengo una vida continua y no he cambiado de ser, la reencarnación no es una opción muy plausible. Por tanto, la única opción es que estoy en un coma, natural o inducido, en el cual estoy experimentando una continuación de mi vida sin estarla viviendo en realidad. Esta idea esta reforzada en que la fantasía que mantiene a mi cerebro en marcha, aunque las maquinas indiquen lo contrario, puede estar enriquecida por diversos medicamentos que estimulan mi imaginación y hacen más vívidos mis recuerdos.
Así es. Ya lo sé. Ya sé que nada de esto es real. Ya sé que es posible que este postrado en una cama, viviendo gracias a un montón de maquinas, si es que a eso se le llama vivir. Sin embargo, el sólo hecho de saberlo no me ha ayudado a despertar. Me llevo mucho convencerme de que esto no es real, y aun cuando lo logré no pude despertar. Así pues, si después de darme cuenta de la verdad no logre volver, es obvio que no lo lograré jamás. Pero tampoco hay manera de que ustedes sepan allá afuera que es lo que pasa en mi cabeza. No puedo convencerlos de dejarme ir de una vez por todas, y no los culpo por eso.
A ustedes les puede parecer terrible el hecho de no saber qué hacer conmigo, y prefieren mantener sus esperanzas a aceptar que la vida que ahora poseo no es tal cosa. A mí, hasta hace poco no me habría interesado mucho. Creí seguir viviendo y todo estaba bien. Pero ahora que conozco la verdad, ¿No creen que es peor estar atrapado en un sueño sin retorno?
La verdad no me agrada mucho eso de aparentar una vida normal cuando todo lo que tengo es una fantasía ideada por mí mismo. Aunque tengo sus representaciones en mi mente, en el fondo sabré que no estoy hablando con mis amigos o mi familia, sino conmigo mismo en otra envoltura. Estoy solo, atrapado en un laberinto sin salida. Mi cabeza es mi Creta, y está en mis manos ser el minotauro o ser Teseo. Creo que ya habrán adivinado cual es mi decisión.
No estoy dispuesto a vivir una mentira. Y ya que ustedes no pueden ayudarme a salir de ahí, será mi propia mano la que me dé la libertad. Nunca probé antes a morir en un sueño así que no se qué pasará. Es probable que despierte olvidándolo todo y vuelva a convivir con mis demonios y mis fantasías. Es posible que abandone mi existencia tanto aquí como allá con ustedes. No lo sé, pero prefiero esas opciones a engañarme a mí mismo.
Si sé que ustedes no son reales y que en realidad me estoy escribiendo esta carta a mí mismo, se preguntaran el por qué la hago. Digamos que ya que no pude despedirme de ustedes en la realidad, me sentiría mejor conmigo mismo haciéndolo al menos en mi fantasía. Espero que me perdonen por no hacerlo personalmente, pero también espero que, así como sus recuerdos me permiten despedirme, mi recuerdo pueda estar en sus memorias para que ustedes hagan lo mismo.
No siendo más. Au revoir.
Ahh? Una mente brillante? yo no tengo engendros tan brillantes y elaborados, debe ser por la falta de imaginación que solo hablo con los pispirispis (asumo que son conocidos a nivel mundial).
ResponderEliminarMandame un engendro pa ver quien se rinde primero.
Un saludo
Pues no tengo ni idea que es un pispirispis. Hagamos un canje, yo te mando un engendro y tu una cosa de esas a ver que pasa.
ResponderEliminarUn saludo.
Meta-conciencias ^^U?
ResponderEliminarPienso que seguiré leyendote.