Al demonio todo.
Me siento como un artista que se sitúa en frente de su obra y siente repulsión; me hundo en una estúpida melancolía producto de mis fracasos, de mis malas decisiones, de lo mal que me pinte a mi mismo.
Soy un fantasma, un "hola" pero sobretodo un "adiós", soy nada, soy todo, soy un pensamiento inútil, soy la raíz de mi propio malestar, soy aquello que detesto y por tanto aquello que quiero desaparecer.
Tal vez vuelva mañana como si nada hubiera pasado, tal vez no vuelva nunca y al pasar el tiempo me de cuenta que todo cuanto escribí y pensé era pura basura.
Me voy, tal vez por arrebato, tal vez porque la poca racionalidad que queda en mí me dice que la única forma de mantenerme en pie es partiendo, tal vez porque me di cuenta que no se que estoy haciendo aquí, que no se quien soy y que quiero emprender esa búsqueda.
Quiero llevar mi mente a otro sitio y eso puede tomar tiempo. Es muy probable que no llegue a ninguna parte pero lo quiero hacer, al menos intentarlo. No se que voy a buscar, no se a donde voy a llegar pero creo que lo necesito.
Hasta luego y buena suerte.
Bueno por lo menos es un hasta luego. También me propuse dejar tanta racionalidad de lado y dar cabida a mis impulsos, y aunque no obtuve lo esperado, no me sentí decepcionado, hay cosas que se deben hacer, y en muchos caso radicalmente. Éxitos en lo que intente, y siempre lo que hagamos nos parecerá poco con el tiempo, por eso hay que seguir siempre.
ResponderEliminarLo importante no es el adios, es la cara del nuevo hola!
ResponderEliminarsuerte y ns vemos en el camino!