lunes, 9 de marzo de 2015

¿POR QUÉ LOS JÓVENES NO PROTEGEN TRANSMILENIO...?

...o por qué la "revolución" juvenil es una soberana estupidez.




La gran mayoría hemos pasado por la experiencia de "arreglar" el mundo en una noche de tragos con amigos, o en conversaciones que creemos que son súper trascendentales en nuestra etapa de juventud. A veces resulta increíble que el mundo esté como esté cuando toda una generación parece tener tan claros los problemas, los conceptos y las posibles soluciones.

Basta entrar a Facebook o Twitter para ver miles de opiniones de jóvenes sobre temas de interés nacional, y ver lo correcto de mucho de ese pensamiento: el mundo está mal, la solidaridad parece cosa del pasado, la violencia es inaceptable, el diálogo es la salida, la inequidad social es un lastre, necesitamos más y mejor educación... y un largo etcétera de opiniones vertidas a lo largo y ancho de la red, que muestran a toda una generación aparentemente conectada en unos objetivos comunes, y que parece tener algo muy claro: se necesita un revolcón en pro de una mejora social.

Pero, ¿saben todos estos jóvenes la carga que tiene la noción de "mejora social"? Si pasamos de las meras opiniones, de la palabrería de niños que cambian el mundo al calor de un aguardiente, y nos vamos a los hechos, a lo que ocurre en el día a día, parece que no tienen la más mínima idea de lo que significan cosas como el bienestar social; pero aún así lo piden a gritos, lo desean, y están dispuestos a pelear para conseguirlo. El punto es, ¿a quién quieren enfrentar?

Todos estos nuevos "revolucionarios", que vienen a reemplazarnos a los que ya estamos en lo que han llamado jóvenes adultos, adolecen de lo mismo que adolecimos nosotros en el momento en que eramos como ellos, y persiguen los mismo objetivos que muchos pudimos haber perseguido en esa etapa de la vida, y a los cuales muchos se siguen aferrando.

El problema con esta "revolución" es que está peleando por una ideología, más no por ese bienestar social. Es por eso que le queda tan fácil escribir en Facebook a favor de la equidad social en la mañana y colarse en el Transmilenio en la tarde, y no ve la más mínima falta de coherencia en ello.

El "revolucionario" joven no quiere justicia social, quiere joder al sistema. Por eso su modelo a seguir es Pirry, o Calle 13; seudohippies buenrollistas que lo mismo se pueden adherir a causas nobles, como abrazar el más exacerbado pensamiento anti-científico, dependiendo de para dónde tire su ensalada ideológica.

Al "revolucionario" joven no le interesa solucionar el problema del hambre en el mundo, le interesa que todos coman orgánico, así la agricultura ecológica no dé abasto, sea más cara y carezca de controles y regulaciones. Y le interesa eso porque se acomoda a su agenda ideológica... en últimas quiere que su pensamiento prevalezca, ¿dónde está la búsqueda de bienestar social ahí?


Es por esto que mueren por pertenecer a grupos como Greenpeace, al que ya de entrada le vale madres cargarse el patrimonio histórico de un país, o destruir investigación científica que pretende ayudar en algo al mundo.

Y es por todo esto que al joven "revolucionario" bogotano le vale madres colarse, o pararse apoyado en la puerta de la estación de Transmilenio para "jugar" a bloquearla, así con esto termine dañándola, y todos los usuarios tengamos que pagar tarde o temprano por las gracias de estos personajes. Ellos no ven eso como un acto que atenta directamente contra el bien común, contra un sistema público. Ellos lo ven como su manera de joder al sistema, como la forma de sacarle dinero a esos peces gordos que se están llenando las arcas con nuestro dinero... así el que termine pagando los arreglos sea el colombiano de a pie que tiene que comerse un pan menos al desayuno para pagar los 100 o 200 pesos que subirá el Transmilenio para suplir el déficit que deja tanto daño injustificado.


Estos Quijotes modernos no tienen ni la más remota idea de lo que es el bienestar común, defender lo público como si fuera propio, porque al fin y al cabo es de todos, combatir la corrupción en las altas esferas, pero igualmente denunciar y enfrentar la desidia, la holgazanería y el desprecio de los bienes comunes, y defender esos mismo bienes tanto de los ricos y poderosos como del ignorante y del vándalo.

Ellos no saben eso porque nunca se los han enseñado. Lo único que se grabaron con fuego en la mente son los molinos que tanta basura en internet les han mostrado como los gigantes que deben combatir cueste lo que cueste: las multinacionales, Wall Street, Estados Unidos, cuanta sociedad "secreta" o familia poderosa con apellido rimbombante exista. Así que dejen de engañarse: ustedes no conocen de bienestar social, conocen de ideologías, las abrazan, las defienden y las propagan... y creen fervientemente que eso significa "cambiar al mundo".

2 comentarios:

  1. Es el problema del mamertismo, solo guiados por el sentimentalismo y se niegan a la razón, la seriedad y por lo menos algo de escrúpulos, antes de creerse los únicos salvadores del planeta.

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  2. Es como quien dice, la mejor forma de acabar con un izquierdoso es ponerlo a trabajar.

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